Que la llegada a Nueva Zelanda (NZ, de ahora en adelante) estaba gafada desde el principio lo sabíamos ya. Nada más pasar el control del aeropuerto donde os dejé la última vez, me encontré un enorme caos. La tormenta sobre Bali había hecho caer el sistema informático de algunas compañías, incluida la mía, obviamente. Pensar…