Uruguay, de fútbol y paseos

Y es que estar en Buenos Aires y no pasar a Uruguay a respirar el mismo aire que respiraba Benedetti me parecía mal. Si a eso le sumas que dos buenos amigos se encontraban en el país, más todavía. Así que, con mucho dolor de corazón, sacrifiqué cinco días porteños, tomé el Buquebus, y crucé…