Rishikesh: Beatles y Royal Enfield

Así que por fin iba a tener algo de tranquilidad. De nuevo tren, ahora hacia el norte, y camino a la capital mundial del yoga y la meditación, Rishikesh, con el atractivo añadido de que los Beatles pasaron allí unas semanas de meditación en febrero del 68 y compusieron uno de sus mejores discos, el mal llamado “White album” por tener la portada completamente blanca. El verdadero título: “The Beatles”, que no les apeteció meditar sobre el título, digo yo…

Esta vez nos estiramos y contratamos un AC3 de Delhi a Haridwar, más que nada porque de ahí había que coger un bus a Rishikesh para llegar allí a las 10 de la noche sin hotel ni nada y queríamos estar frescos, dentro de lo que cabe. Un AC3 tiene esta pinta

Más cómodo, ¿verdad? Eso sí, desde la ventanilla se ven cosas como estas…

…que te hacen recordar que algo estamos haciendo mal.

El viaje de cinco horas se pasa rápido, llegada a la estación de trenes y de ahí a la de autobuses, donde para averiguar cuál es el tuyo has de ir preguntando uno a uno a todos los conductores. Al final llegamos cansados al hotelillo que me había recomendado un amigo de Vrindavan y conseguimos habitación. Esto es Rishikesh, bañado por el sagrado Ganges

Aquí también hay no carne, no pollo, no cerveza, pero por lo menos el aire es limpio y no hay tanto ruido. Lo que sí hay son porros, mira tú, que eso sí que parece que te acerca más a dios. Pero da igual lo que me digan, un par de cervezas siempre me pusieron más trascendental que cualquier cosa con humo que no se coma…

El ashram de los Beatles queda un poquito apartado de todo. Da un poco de pena visitarlo porque está completamente abandonado y lleno de maleza. Eso sí, como pertenece al gobierno está cerrado a cal y canto, y solo puedes entrar si negocias una propinilla con el guardia en cuestión, negociación complicada cuando una de las partes espera con la lengua fuera, moviendo el rabo y arañando la verja, claro… Os pongo unas fotillos para que os riais de mí y penséis “madre mía irse hasta allí para ver eso”

Pero tiene sentido si vas tarareando las canciones mientras paseas. Dos enlaces para que escuchéis qué tipos de maravillas se llegaron a componer en este lugar. La primera de John Lennon a su difunta madre Julia. Al escucharla podéis cerrar los ojos y pensar en pajarillos trinando, arroyos cristalinos y no carne no cerveza…

Y esta segunda de Paul McCartney, en una de esas tomas de estudio que tanto me gustan y colecciono. También está compuesta en Rishikesh, así que cuando la escuchéis podéis pensar en el Ganges, en inciensillos mareantes y en no carne no cerveza. O bueno, simplemente ver las imágenes y ya está…

Y lo siento si os parecen muchas, pero no me puedo olvidar de George Harrison, que incluso se hizo Hare Krishna al conocer la India y cuyo enorme talento siempre estuvo eclipsado por Paul y John. Fue el complemento perfecto para ambos, amén de que siempre fue muy pacífico y espiritual. En Rishikesh se sacó de la manga esta canción absolutamente maravillosa, en una versión de estudio que a mí me gusta más que la que finalmente grabaron

Ringo se marchó de allí a las dos semanas, su mujer odiaba los bichos y él echaba mucho de menos la carne y la cerveza. Os explicáis ahora por qué nunca pude elegir mi beatle favorito, ¿verdad?… Decir de pasada que la experiencia no resultó como esperaban. Su maestro espiritual les sacó demasiado dinero para seguir siendo espiritual. Incluso tuvo algún escarceo nada espiritual con alguna de sus alumnas. ¡Pero sacaron el disco!

Otro de los aspectos que más me atraían de Rishikesh era la posibilidad de alquilar una Royal Enfield. Es una de las marcas más antiguas de motocicletas, de origen inglés y que ahora se fabrican en la India. Son preciosas y se encuentran en cualquier lugar de este inmenso país. En cualquier pueblecito, por pequeño que sea, tienes un taller que te soluciona cualquier problema. Esta foto que os pongo es una de mis favoritas de todo el viaje

… si bien las llantas no me acaban de convencer para una moto tan clásica, pero bueno, se les perdona por el entusiasmo con el que las tratan. Otra foto alegre

Y para acabar un par de fotos con la que nosotros alquilamos y con el señor que lo hizo posible. Ana se enamoró de él al instante y tuve que pedirle que se sacara una foto con ella. No haré comentarios…;)

Una de las maravillas de este país es que no te obliga a llevar ese molesto y dictatorial casco, así que responsable, consciente y libremente, decido que es ya es hora de conducir de verdad una de estas máquinas y no nos lo ponemos. Ya habrá tiempo de llevarlo en casa. Conducir en India es una auténtica locura, todo el mundo pitando y adelantando por cualquier lugar. Me atreví porque el tráfico por esta zona no es muy denso. Pero pese a no ser muy denso, y como van como locos, ahí van un par de fotos de lo que nos encontramos en la carretera al volver…

Preguntamos a los protagonistas si estaban bien. Se rieron como con un poco de vergüenza mientras nos decían que sí y seguimos camino.

Y así terminó Rishikesh. Al día siguiente alguna que otra compra y  nuevo tren con destino a Delhi. Pero como esta entrada me ha quedado un tanto lúdica y musical, y no quiero perder la perspectiva, quiero despedirme con un video de tres minutos que saqué en uno de los trenes viajados. Son tres minutos con un poquito de música y mucha pobreza sin trampa ni cartón, simplemente lo que se ve y se escucha desde una ventana sin ventana. A escasos metros de la vía, familias, animales, niños jugando al cricket y mucha ropa limpia tendida, porque podrán ser pobres pero nunca sucios.

Y es que hay algo que estamos haciendo mal…

Muy pronto, el sur.

3 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Conchita Portet dice:

    Me encanta todo lo que cuentas siempre en tu blog, es divertido, ameno y siempre se aprende cositas nuevas. Gracias por ello, besitos y te vemos prontito ya.

    1. jorgeadiego dice:

      Gracias a ti por leerme Conchita, eres una de las más fieles seguidoras del blog!!!
      Beso grande

  2. manvif dice:

    Jorge me encanta tu post. Voy a ir a India dentro de un mes y medio y soy al igual que tú fan de The Beatles y de George Harrison. Aunque he visto que es dificil entrar a donde estuvieron los Beatles, yo también seré de los que vaya a Rishikesh sólo por ver el ambiente en el que se inspiraron para componer esas obras maestras. Estoy deseoso de conocer la India, sé que no será fácil por la pobreza que se ve en todas partes. Aunque me encantan los trenes y las experiencias que en ellos se viven, sobre todo allí en la India, yo lo que peor llevo es asumir que puedo dormir en una litera en el tren y que pasen ratas a centimetros de mi, eso no sé si seria capaz de aguantarlo, y tampoco sabría como evitarlo. Intentare vivir la experiencia de la mejor manera posible.

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