A las dos de la tarde tomé uno de esos buses que salen en las películas de Paco Martínez Soria y que me llevaría de Yazd a Khoor. Tampoco me podía quejar, había pagado poco más de un euro para un viaje de más de cinco horas que me iba a dejar casi en pleno desierto. Además el viaje, entre bote y bote, me dejó compensaciones como esta…
A la llegada tomé un taxi que, en 30 minutos, me dejó en mi destino final, Garmeh, un oasis de película en el desierto de Kavir. Os dejo unas fotos de mi habitación y mis vecinos…
Todo es muy tradicional, como podéis ver, y dormir en el suelo por estos lares es algo natural. El edificio principal del hotel es que el sale detrás de Lolita (la camello) pero yo dormía en un edifico aparte, esa ventanita pequeña en el centro al fondo que se ve detrás de las cabras. No hay mucho que hacer, salvo pasear por el lugar entre palmeras…
… o contratar un taxi para ver las dunas de los alrededores…
Pero lo mejor de las dos noches y los tres días que he pasado aquí son los amigos que he hecho en la casa donde me he hospedado. No somos muchos los extranjeros que acudimos a este país y solemos venir a los mismos sitios. Me volví a encontrar en este lugar a Maxime, un chico canadiense que había visto en mi hotel de Teherán dos semanas antes, amante de los Beatles y recién licenciado en historia. También hice amistad con Bijan, un norteamericano de New Jersey con padre iraní y doble nacionalidad que había vivido en Nebrija durante un año y me hablaba español con un acento entrañable. Y por supuesto mis amigos checos, fundamentalmente Marek, que hablaba muy bien inglés y con el que compartí muchas confidencias. Charlar con ellos sobre historia y viajes hasta las tres de la madrugada, acompañados de un té y de los aullidos de los chacales en el exterior ha sido otro de los momentos del viaje.
El último día tomé mi primer bus nocturno en Irán. Paró al lado de la carretera pasada la una de la madrugada y me metí a una caja con ruedas a oscuras. Me senté en el último asiento libre mientras trataba de no pisar las cabezas de la gente que se había tumbado a dormir en el suelo. Me esperaban seis horas de viaje pero tenía que estar atento porque el destino final del autobús era Teherán y yo me tenía que bajar en el peaje de la autopista de Kashan. Lo hice bien porque es desde donde os escribo ahora…
Llegué muy cansado al hotel, pero después de dormir un par de horas contraté un taxi que me llevó a Abyaneh, un pueblecito bonito pero un tanto turístico.
De todas formas casi más que el pueblo me interesaba ver una de las mayores plantas de enriquecimiento de uranio que tiene Irán de camino a este lugar. Está terminantemente prohibido sacar foto alguna. Hay una barrera de tierra que impide ver gran cosa desde la carretera y unas cuantas defensas antiaéreas alrededor de la instalación. Pasé la tarde en Abyaneh y vuelta al hotel, donde tomé un delicioso pollo a la naranja y arroz con estas vistas de mi habitación…
Y perdonad la brevedad de este post, pero ya voy contrarreloj. Ahora tendría que estar dando una vuelta por la ciudad de Kashan, pero el hotel al que suelo ir en Teherán está completo y me ha dado miedo no tener internet o tener algún problema con mi ordenador en el hotel en el que reserve. Así dejo ya publicada esta parte del viaje y sólo tendré pendiente el último post de Teherán. Esta tarde trataré de salir hacia allí para dar la última vuelta, hacer las compras de rigor y asistir a la obra de teatro de mis amigos Arash y Nima. Espero poder contároslo antes de volver…;)
Hola Jorge, acabo de leer todo lo que has escrito sobre tu viaje en Irán y me ha encantado, el país es mucho más bonito de lo que imaginaba y sobre todo me gusta cómo cuentas tus experiencias, me alegro mucho de que estés bien y hayas disfrutado tanto del viaje. Disfruta lo poquito que te queda y nos cuentas a la vuelta, tenemos un café pendiente con Carmencita.
Besicos y feliz regreso!!!
Sentimientos contrapuestos: anhelo tu regreso sano y salvo pero deseo seguir leyendote, sobre todo, por que transmites felicidad vivida. Me gustaria leer…»y otro bus/taxi/avion…camino de…..» y tambien «….de vuelta a casa….». Simplemente, se feliz….;)
¡Querido Jorge! No sabía que tuvieras este blog (a lo mejor me lo has dicho alguna vez y no me he enterado, pero lo cierto es que no lo sabía) pero nunca es tarde si la dicha es buena y en este caso es fenomenal, tanto lo que escribes como las fotos con que acompañas el texto. ¡Eres la hostia! Una persona que siempre sacas lo mejor de lo que tienes frente a ti. No cambies nunca.
Tu ultima noche en Iran.Yo Jorge dormiria en un Hotelito cerca del Aeropuerto y asi mira ya estas alli. M imagino la cara q estaras poniendo,pero ya has visto tanto………Lo pensaras?.
Q ideal el desierto,las palmeras q bonitas y el alojamiento tipico perdido…….Esa noche tuvo q ser preciosa.