Volar con Emirates es un lujo, y más si has conseguido un Madrid-Teherán por 444€. Escogí a propósito un vuelo con escala en Dubai de 11 horas y me fui a visitar la ciudad. Después de 7 horas de vuelo y 11 de escala llegué al Dubai-Teherán como en una especie de sueño. Creí calcular al entrar al avión que sólo la mitad de las mujeres llevaría el cabello cubierto. La gente se hacía bromas y parecía risueña, pero cuando el avión tocó tierra la cosa cambió. Todas las mujeres, y cuando digo todas son todas, se cubrieron la cabeza. Algunas, como la que está a la derecha de la foto, esperaron al último momento. Esto iba en serio, ya estaba aquí. Mezcla de curiosidad y respeto al salir del avión. Perdonad por la calidad de la foto, la hice muy disimuladamente y está un poco movida, pero el momento me fue muy intenso…
Como ya venía con mi visado los trámites aduaneros fueron relativamente sencillos, aunque el policía y su barba imponían. Cambié dinero antes de recoger el equipaje y ya tuve la primera muestra de honradez iraní. Iba a cambiar 500€ para olvidarme del tema divisa por una buena temporada, pero el muchacho no me lo permitió, literalmente. Me dijo que me iban a dar mucho más en la ciudad. Quería cambiarme 50€ máximo. Después de insistir, accedió a cambiarme 100€ y me dio 33.000 riales por euro. Dos días más tarde en Teherán me darían 43.500 riales por euro. Gracias amable desconocido…
Por supuesto, la persona del hotel que tenía que venir a buscarme no estaba allí. Le llamé y me dijo que se le había pasado, que cogiera un taxi. Pues vale. Resultó ser una suerte porque encontré un taxista bastante majo llamado Farshid que me enseñó dos palabras muy útiles en cualquier idioma: khub y gamet garm, que significan bueno y cojonudo respectivamente, más o menos y con transcripciones aproximadas. La verdad es que el hombre se partía cada vez que me oía decir esta última.
Después de derrumbarme en la cama, amanecí casi al instante o eso me pareció a mí, porque la hora del desayuno ya se había pasado, y pese a que estaba bastante cansado no podía esperar a tirarme a la calle. Imaginad mi cara cuando observaba los vestuarios, por ejemplo…
El nombre de las calles está en farsi (persa) y en inglés, así que la orientación es relativamente sencilla, y digo relativamente porque son tantas las ganas de meterte por cada callejuela y miras todo tanto que acabas perdiéndote. Por ejemplo, me llaman mucho la atención los maniquíes, como siempre…
Aprovecho para hacer un apunte que no me canso de repetir: los iraníes son musulmanes pero no son árabes, son persas. En Indonesia también hay muchos musulmanes pero no árabes, por ejemplo. Además los iraníes son musulmanes chiitas, que vienen a ser un 15% del total frente al 85% de suníes. Y no llevan chilabas, visten más o menos como en occidente (hablo de ellos, por supuesto…)
Como la cabra tira al monte, me fui a visitar un teatro con la esperanza de que hubiera sesión. Estaba cerrado pero estuve charlando con dos muchachos que resultaron ser los escritores de la obra representada. Risas, complicidad y buenos deseos. Da gusto encontrar familia tan lejos de casa. La pena es que todo está cerrado estos días en Teherán y no hay obra hasta el domingo que viene. Estoy invitado a entrar gratis con ellos a ver la función. No sé si podré venir porque ya estaré danzando por el país, pero ya veremos. Me dieron sus teléfonos para poder avisarles. Buena gente…
Estaba impaciente por pasar junto a la antigua embajada americana y ver de cerca el lugar donde 444 personas (sí, 444, ya es coincidencia) estuvieron secuestradas durante la revolución islámica de 1979 (recomiendo la película Argo). Sus muros están pintados con proclamas a favor del Islam y en contra de EEUU e Israel. Observarlas me hizo recordar que para una minoría de fanáticos no debo de ser bien recibido aquí. Lástima que sea la minoría en el poder…
Como me gusta estar comunicado, y también es una forma más de conocer el país, me fui a comprar un móvil a un bazar de tecnología muy apretado y pintoresco. Vi una tienda con cinco dependientes que me miraban y allí que entramos a regatear yo y mis nueve palabras en farsi (hola, sí, no, cuánto, yo, español, gracias, bueno y cojonudo). En ese momento no sabía que estaba a punto de aprender la décima.
“Hola, sim card? Móvil? (en español con la manica derecha agitándose en la oreja del mismo lado)”. Asienten. “¿Cuánto?” 1.000.000 riales (unos 25 euros). “Mmmm, no no”. Ok, ok, 800.000. “Mmmmm (con mano rascándome la barbilla). Sonrisas. “Mmmmmmmmmmmmmm”. Risas… Decido echar el resto: “800.000 bueno, 700.000 cojonudo”. Carcajada general. Trato cerrado. Hay que celebrarlo. Me preguntan en precario inglés si quiero una copa. “Excuse me?¡?”. Risas. Uno de ellos se mete a la trastienda y saca una garrafa con coñac de 50º. Me lo sirve con hielo, lo pruebo y aprendo mi décima palabra en farsi: “Joder”. Despiporre general. Cuando viajo no como casi, porque no me gusta hacerlo solo y encima me da sueño. Les digo que no he comido nada en todo el día y me traen al instante un zumo de naranja delicioso de la tienda de al lado. Uno de ellos me dice que con el coñac en la mano me parezco a George Clooney. Me arrepiento al instante de haber rascado 100.000 riales a gente con una sensibilidad para con los parecidos tan exquisita. Nos hacemos unas fotos que no posteo por eso de que el coñac sale en todas y me despido. Ya tengo teléfono…J
Aquí cierra todo muy pronto, entre las cuatro y las cinco, así que después de darme una vueltecita más, tomé mi primera comida sólida del día en uno de los pocos lugares que encontré abierto y me volví al hotel. Os dejo una foto de mi nidito…
Sí, vale, no es gran cosa, pero por 5 euros noche, desayuno incluido, tampoco nos vamos a poner exigentes, ¿no? 😉
No quiero extenderme más en este post. El día siguiente fue emocionalmente mucho más intenso, pero eso lo dejo para más adelante. He querido transmitir que no estoy visitando un nido de terroristas y gente malvada, sino un pueblo con unas características muy particulares y una gran historia. Espero poder seguir haciéndolo…;)
Uffff solo de imaginarme lejos de la silla en la que estoy sentado en este momento y me mareo. Hay que tener valor para irse solo a descubrir mundo. Se te nota muy entusiasmado, sigue así y disfruta al máximo
¡To bozorgi, azizam!!
Vivir con tanta intensidad como vives tu un viaje es complicadisimo, te lo dice una viajera, pero que los que leemos el bloc hagamos el viaje contigo ya es impensable, sin embargo tengo que decir que yo si viajo contigo, gracias por estos buenos ratos, cuidate muchisimo, se feliz y por favor sigue escribiendo. Ahhhhhhhh deberias de plantearte escribir un libro con todos los bloc que tienes, seguro que seria una bomba. besitossssssss
No dejes de contarnos tus vivencias para vivirlas contigo. Leer tu blog ha sido el único buen rato del día. Gracias Pucholini!
Jorge debajo de esos burkas, dicen que se encuentra la mejor lencería el mundo…!!