Que comenzar las cosas es tenerlas medio terminadas. No recuerdo si la frase es del Quijote o de mi paisano Baltasar Gracián. El hecho es que me viene de perlas porque me siento en un brete cada vez que empiezo un post. Este, además, es especialmente difícil. Es el primero de un viaje que promete ser largo, que tendrá continuas miradas atrás y adelante, y porque es el primero que hago sin billete de vuelta. Ya hablaremos de aspectos mundanos como rutas y vuelos más adelante. Ahora vamos con Estambul…

Visité Turquía por primera vez en diciembre de 2006, así que la motivación de esta segunda visita no era la ciudad en sí sino las amigas que hice al año siguiente en la universidad de Berkeley. Siempre digo que las personas que se encuentran en dos países distintos ya son amigas para siempre, así que tengo la costumbre de coleccionar lugares donde viven amigos. Os presento a Asli, Basak y Esra, que todavía están más guapas que hace seis años…

Este primer post no puede ser largo. Mis tres días en Estambul se han limitado a larguísimas conversaciones y apenas he visitado la ciudad. También parece que le caí simpático al responsable kurdo de mi pensión, y cada noche al llegar al hotel me esperaba con una taza de té y un plato de fruta. Más conversación. Como siempre, la granada mi favorita, pese a que en kurdo no suene tan bonito como en persa…

Claro que cuando le conté mi afición por las abejas y todo lo referente a la elaboración de la miel, salió disparado y me ofreció este delicioso manjar traído por un familiar suyo de un remoto pueblo al sur de Turquía…

La miel con panel está más rica todavía 🙂

De esa forma tan agradable he acabado mis noches. Claro que entre tanto té y tantos planes y recuerdos, uno no pega ojo hasta las dos o las tres de la mañana. No me importaba: un insomnio en Estambul, con las llamadas a la oración desde las mezquitas, es menos insomnio…

También tengo la costumbre de ir al teatro en los lugares que visito. Me sirve para recordar a mis amigos del grupo allá donde voy y para ver cómo reacciona la gente ante lo que ve. Si encima vas acompañado de alguien que luego te explica el argumento, puedes jugar a evaluar tu perspicacia acompañado de otro té. Más insomnio…

Sin duda lo mejor de esta breve visita han sido ellas. Me han tratado de maravilla. Su eficacia logística como equipo es asombrosa. No me han dejado solo ni un minuto. Cuando una no podía venir, venía otra. Me hacía mucha gracia verlas organizarse en turco a toda velocidad y luego contarme en inglés el orden de visitas. Me ha dado pena no poder quedarme un poquito más, pero me pone contento saber que volveré…

El próximo destino es Egipto. De hecho ya os estoy escribiendo desde El Cairo. Y pinta tan bien y estoy tan emocionado, que pronto os lo tendré que contar…