Os cuento brevemente que el viaje de Adís Abeba a Bahir Dar fue también bastante duro. No, no pasé el frío de Siwa ni mucho menos, pero el hecho de estar 11 horas en un bus, en un espacio pequeñísimo, con unos compartimentos superiores tan estrechos que me hacían tener que llevar la mochila en el regazo todo el tiempo, y con un enoooorme, moreno y simpático compañero pegadito a mí, hicieron que el viaje fuera eterno. Paramos sólo dos veces: media hora para comer y cinco minutos para ir al baño. Os pongo una foto de esta última parada…
Sí, hombres y mujeres caminando alegremente por la pradera buscando cada uno un lugar para aliviarse y seguir ruta. Entrañable…
Os preguntaréis cómo puede tardar un bus 11 horas en hacer 540 km. Para empezar no hay ni un solo kilómetro de autopista o autovía. Para seguir la carretera es una especie de comarcal serpenteante que trepa y destrepa montañas con numerosísimos tramos en obras. Y para terminar el bus atraviesa pequeñísimas aldeas con gente que vive al pie de la carretera, por llamarla de alguna manera. Justo al otro lado de mi ventana vi niños y abuelos descalzos por caminos de piedra, sin más vestido que unas telas, pastoreando rebaños de vacas o cabras. Mujeres en cuclillas recolectando cereales bajo un sol abusón. Hombres trabajando la tierra con arados tirados por mulas o bueyes… No, no pude sacar fotos. La ventanilla estaba demasiado sucia, los botes del bus en esos tramos hacían imposible el enfoque y probablemente hubiera metido mi codo en la boca de mi compañero de fatigas al ir a sacar la cámara en tan ínfimo cubículo. Otra vez será…
Menos mal que al llegar tenía reservado un hotel que resultó ser bastante agradable. Ducha, cena y a dormir. Al día siguiente me dediqué a escribir y a contaros mis primeras impresiones del país, y por la tarde di un paseo por el lago Tana, el segundo más grande de África después del lago Victoria. Contraté un transporte para ir a ver las cataratas del Nilo Azul. Son fabulosas. Os enseño una foto que he encontrado por internet…
…porque cuando yo llegué, bien porque es temporada seca, bien porque una central hidroeléctrica aguas arriba regula el río como le da la gana, estaban así…
Mi cómica desesperación pareció causar bastante gracia a mis simpáticos fotógrafos. Menos mal que durante el trayecto hasta las cataratas pude conversar largo rato con Ana, una chica madrileña increíble que se ha recorrido tropecientos mil países y con la que pasé un rato formidable intercambiando experiencias. Un día de estos os la presento. Y eso sí, aunque no vi mucha agua, el lugar me despidió con un atardecer así de bonito, como casi todos por aquí…
No puedo extenderme más. Ahora os escribo desde Gondar, pueblecito con nombre de villano harrypottero al norte de Bahir Dar. Mañana a las siete de la mañana salgo hacia las montañas Simien con un grupo de seis personas para hacer un trekking de tres días, así que voy a estar sin conexión durante todo ese tiempo. He llegado esta mañana con ellos desde Bahir Dar en un viaje en furgoneta de cuatro horas, pero al menos por la tarde he podido descansar un poco. Las montañas Simien pasan por ser uno de los lugares más bonitos de Etiopía. No sé yo cómo voy a llevar caminar por ellas durante tres días arriba y abajo. Por lo menos los guías nos han prometido cervezas en cada campamento base donde hagamos noche. Y eso me da bastante ánimo… 😉
Os cuento dentro de unos días.
Jua, jua, jua, qué de reir…
Me quedé sin palabras cuando vi la foto de las cataratas 😦
que mala suerte!!
De todas manera, este «breve» post es muy interesante y espero que tu próximo viaje en bus sea más corta » 6 horas por ejemplo, va? » ahahhahhha
gracias Jorge, por dejarnos vivir esta experiencia contigo 🙂
ya estoy esperando el próximo post 😉
Jorge disfruta al mximo. Emi y Yo Nos vamos pasar la Noche vieja una casita rural en Paracuellos de la Ribera un pueblecito de la comarca de Calatayud. Te deseamos un Feliz comienzo de ao.
Enoooorme, moreno y simpático compañero. Jorge, eso no es lo que yo esperaba de ti
Más bien yo pensaba en algo romántico en un aautobús de línea, pero claro, he de comprender que cuando no hay pan, buenas son las tortas, sobre todo si son ¡¡¡enoooormesss, morenaaaaaas y SIMPÁTICOS!!! Que sea la última vez.
Deberías haber estado más tiempo en Egipto, contemplando los restos predinásticos que llenan mi cabeza de esas ideas tan raras, eso que hubieras salido ganando…. Al menos el frío de Siwa lo hubieras podido sentir tmabién, pero en Abidós, por ejemplo. Ah, y te perdiste el Serapeum, que ya está abierto
Jorge, aunque yo no sea «Enoooorme, moreno y simpático», te quiero mucho (bueno, lo de enorme no es cierto, que cada día estoy más gordo) Pero eso sí, mariconadas las justas e impresicindibles.
Pásatelo muy bien, disfruta de la vida y de lo que ésta pueda ofrecerte y no te haga duelo cogerlo, que más adelantes quizás no puedas. Un abrazo muy fuerte.
Ánimo, Jorge. Estoy disfrutando un montón con tus aventuras
Eres de los últimos viajeros. Felicidades