Adios a Vietnam vía Sapa camino a Pekín…

Llegada a Hanoi. Me alojé en el barrio viejo, locura de cafés, restaurantes y extranjeros. No me gustó mucho, fundamentalmente por este último hecho, porque hay extranjeros que voy conociendo y que adoro, ya lo sabéis, pero los de aquí son un tanto borrachos y fiesteros, y hacen mucho ruido. Así que, después de un par de días, decidí huir. Contraté una excursión a Halong Bay, una especia de bahía de caprichosas formas geológicas. Cinco horas de bus y a un barco que te lleva a dar un paseo por la misma…

IMG_6845

IMG_6840

IMG_6824

halong bay

Por cinco dólares extra puedes alquilar una canoa y darte un paseíto. Como soy don Impar, me tocó una para mí solo

jorge canoa

Todo bien hasta que fui abordado por unos simpáticos piratas que no querían soltarme hasta que no comprara algo. Las sonrisas iniciales se fueron transformando en ligero y caluroso agobio, pero no hay nada que no puedan solucionar un par de bufidos en decibélico español, así que finalmente fui liberado.

IMG_6819

IMG_6821

piratas halong bay

En el barco conocí a dos muchachas maravillosas de Israel, Anet y Shir, o Sarita como a mí me gusta llamarla. Me encantaba oírlas hablar en hebreo y pasamos una velada estupenda donde me ilustraron acerca de su cultura y la situación actual de Israel. Allí, cuando acabas la educación secundaria, haces el servicio militar. Tres años ellos, dos años ellas. Así que luego te tumbas en el camarote y no puedes dejar de pensar. Tengo muchas ganas de volver a verlas. Tal vez algún día en Israel… 🙂

anet y shir

Al día siguiente vuelta a tierra, almuerzo y cinco horas de bus de vuelta a Hanoi. Llegada. Paseo hasta la parada donde un bus te lleva a la estación de tren y, sin comerlo ni beberlo (literalmente), ya estás en tu compartimento de cuatro camas. Arranca el tren y la felicidad te invade. De noche, saliendo de Hanoi, los coches y las motos se paran delante de las barreras para saludarte con sus faros en la despedida, y poco a poco abandonas la ciudad. Te resulta difícil separarte del ventanuco de la cabecera de tu cama y dejar de mirar y oler, pero llevas sin comer ni beber nada desde hace mucho tiempo y tienes que cuidarte. Te deslizas cama abajo y entre tientos en el pasillo te vas al vagón-restaurante-almacén. Como los extranjeros son gente previsora y bien alimentada, allí no hay ni uno. Cuatro mesas, once vietnamitas, cuatro de ellos servicio del tren o policías. Hago gestos de comer llevándome los dedos a la boca. Sonrisas recíprocas. Me dan unos fideos instantáneos que me preparan con un poco de agua caliente y un botellín de más agua, que la cabeza me impedía cerveza. Me los tomo muy a gusto. Entre tanta nicotina, me resulta tan difícil ver sus caras como los carteles de prohibido fumar que cuelgan a ambos lados de mi antro móvil. Finalizada la ingesta, me retiro al 25% de mis aposentos donde mecido por mamá tren me quedo profundamente dormido al instante.

2014-04-18 21.18.38

tren sapa vietnam

Llegué a Lao Cai relativamente descansado. Esta ciudad es la última de Vietnam antes de llegar a China, y yo tenía pensado pasar a Yunnan por aquí antes de que Chris se ofreciera a hacer ese viaje conmigo algún día, así que me hizo ilusión llegar. Nuevo bus y una hora de viaje hasta Sapa. Lao Cai, 90 metros sobre el nivel del mar. Sapa 1.420. La carretera es bonita. Llegada al hotel donde iba a pasar no esa noche, sino la siguiente. Desayuno, ducha, reparto de cargas en las mochilas y comienzo de un trekking de 14km por los alrededores.

El entorno es bonito. Paseas entre campos de arroz que están más marrones de lo habitual porque es temporada seca. Aquí sólo tienen una cosecha de arroz al año a diferencia de las cuatro que ya os comenté que tienen en el delta del Mekong. Éramos un grupo de diez personas, entre la cuales se encontraba un matrimonio, Paul y Bernardette, inglés él, irlandesa ella, de unos 60 años extremadamente simpáticos. Dormimos los diez en la casa de una familia de la zona. Don Impar tuvo por supuesto su habitación particular y así pudo descansar mejor de una cena muy agradable de platos típicos, tertulia y vino de arroz…

IMG_6877

IMG_6858

sapa

niños sapa

Despertar con gallo y arriba otra vez. Nuevo paseo, esta vez de sólo 6 km pero con muchos más altibajos y llegada al hotel del día anterior. Me derrumbo satisfechamente en mi habitación después de una ducha y recibo en el móvil muy agradables noticias de mi amigo Masato en Tokio de las que ya tendré tiempo de hablaros. Noche agradable. Despertar también. Me salto el desayuno porque en mi caso el remoloneo suele ganarle siempre la partida al hambre y nueva excursión. Aquí conozco a Thais, de Bélgica y con un estupendo español y hacemos la última excursión de 4 km. Vuelta al hotel, almuerzo, ducha, sentada en sofá y vuelta a Cao Lai, donde vuelvo a coger el tren nocturno, esta vez con dos plátanos, un Mars y una botella de agua que hacen que mi retorno transcurra monopolísticamente en la cama salvo dos acrobáticas escapadas al baño. Llegada a Hanoi once horas después. Me obligo a no tomar el primer taxi que me ofrecen por seis dólares (5,4€). Tampoco acepto otro por 100.000 dongs (3 euros y pico. En Vietnam puedes pagar en dólares o en dongs indistintamente). Pero cuando unos pasos fuera de la estación me decido a caminar hasta el hotel, decido aceptar la última oferta de 50.000 dongs. En este punto tienes tres opciones: pensar que estás pagando demasiado por un servicio tan simple, que eres un tiburón-rata despreciable, o cómo habrá quedado el Zaragoza contra el Jaén. Ya sabéis cuál es la mía… 😉

Y así llegué de nuevo al hotel. Ayer cené con Anne, que casualmente se marcha de Vietnam el mismo día que yo, y me retiré pronto a la habitación para ponerme el despertador y animar un poco al Atleti ante el Chelsea. Hoy haré lo mismo con el Madrid. Y mañana prontito al aeropuerto camino a Pekín, que a mí me sigue gustando más que Beijing, un nombre más propio de un limpiacristales…

No sé cuándo podré volver a escribir. No estoy seguro de poder hacerlo en China porque parece ser que el gobierno tiene bloqueada la web de WordPress (podéis comprobar las webs prohibidas en este link) y por supuesto que me será absolutamente imposible hacerlo desde Corea del Norte, así que igual tengo que esperar hasta Seúl, en Corea del Sur, donde llegaré el día 9 de mayo. Por lo tanto no os preocupéis si no recibís noticias mías durante estos días. Me da un poco de respeto el viaje a Corea del Norte después de los últimos test nucleares que están realizando allí, pero supongo que la agencia con la que viajo estará al tanto de todo y si ve algún riesgo extra no iremos.

Os cuento a la vuelta del otro lado…

4 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Chema A de M dice:

    Has ensayado «la internacional» en coreano…???. No te vendría mal caso de que haya necesidad de ganarse a las autoridades. Un abrazo al gran jefe ese que tienen de los papos y el corte de pelo de futbolista…

    1. jorgeadiego dice:

      Gracias Chemita, ya tienes el primer breve post de Corea. Pronto más… 😉

  2. Suso dice:

    Preciosa la foto de la niña con su herman@. Jorge ahora estoy ansioso por leer tus andanzas por Korea.

    1. jorgeadiego dice:

      Gracias Suso, a mí también me gusta mucho. Como curiosidad decirte que los niños en Sapa posan mejor con hombres que con mujeres. Esta misma foto quiso sacarla una amiga mía y a la niña no le dio la gana de salir y se tapaba la cara y la de su hermano. Ya ves… Un abrazo

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s